viernes, 23 de abril de 2010

El cojo vuelve a París

El Cojo vuelve a París

El sobrino biznieto de Vicente Blanco cubrirá en bici el trayecto de Bilbao a París como en 1910 hizo el vizcaino para ser en el primer vasco en participar en el Tour

Viernes, 23 de Abril de 2010 

De tanto escucharlo de voz de aitite Jesús, el hijo de Julián Blanco, el hermano de Vicente Blanco, El Cojo, a Gonzalo Melero Blanco, sobrino biznieto de éste y nieto de Jesús -hasta aquí el embrollo genealógico-, se le quedó danzando en la memoria aquel estribillo cargado de la melancolía que sólo los aitites imprimen a sus historias. "Mi tío era un gran campeón", latía la garganta de Jesús; "mi tío era un gran campeón ciclista". Pasó el tiempo y el estribillo siguió bailando. Solo. Siguió bailando. El estribillo: "Mi tío era un gran campeón ciclista". Hasta que a Gonzalo Melero, el nieto maduro ya, le dio por atraparlo, sentarlo y encuestarlo. ¿Quién era aquel tío? ¿Quién era Vicente Blanco? ¿Qué hizo para ser tan recordado? Y el aitite, 90 años hoy, sólo sabía recitarle el estribillo, lo del campeón ciclista. Poco más. Pero la curiosidad del nieto era ya un monstruo insaciable que corría desbocado, cuesta abajo y sin frenos.



"Contacté con Paquita, una hijastra de Vicente, melillense de 86 años que vive en Lanzarote. Pero tampoco me contó mucho más. Sólo que era muy buena persona. Ah, y que era un campeón". "No me quedó otro remedio que recurrir a los libros, a las biografías sobre mi tío bisabuelo". En ellas halló lo que buscaba, principalmente, que Vicente Blanco debía su apodo, El Cojo, a dos graves accidentes mientras trabajaba en la siderurgia La Basconia y los astilleros Euskalduna de Deusto que convirtieron sus pies en dos muñones. Supo también que, efectivamente, fue ciclista, un campeón de la época, principios del siglo XX, una celebridad que se plantó una tarde en la Federación Atlética Bilbaina con una bicicleta que compró a unas traperas, un pedazo de hierro sin cubiertas que sustituyó por dos sogas que encontró en el puerto, y dijo: "Quiero ser campeón de ciclismo". Y lo fue. Así lo recuerda Jesús. También fue, sobre todo, el primer ciclista vasco que corrió el Tour de Francia, el de hace un siglo, el de 1910 -el primero del Estado fue José María Javierre, de Jaca, en 1909, aunque aquella gesta pasó desapercibido para la historia durante mucho tiempo porque participó con su nombre afrancesado: Joseph Habière-.

"Aunque sólo disputó una etapa -entre París y Roubaix llegó fuera de control- lo de Vicente fue una osadía, una aventura, algo épico", concede Gonzalo Melero, que hace dos años comenzó a visualizar el viaje que el próximo 17 de mayo emprenderá junto a Óscar Esteban y Dani Suñe: el trayecto de Bilbao a París en bici, 7 días para cubrir 1.100 kilómetros como homenaje a El Cojo. Porque fue precisamente así, en bicicleta, como Vicente Blanco partió de Bilbao a su encuentro con el Tour. "Él iba siempre así a todas las carreras", descubre Melero. "Salió con su bicicleta, sin recambio y un zurrón con algo de comida". Y una recomendación de Manuel Aranaz -su mentor- dirigida a Henri Desgrande, director del Tour. Nada más llegar, el 2 de julio, roto, derrengado, tan derruido físicamente como destartalada estaba su bicicleta, El Cojo fue a la fábrica de bicicletas Alcyon, donde un mecánico español, Joaquín Rubio, le prestó una bici y le acompañó a la sede de L"Auto, diario que organizaba la carrera. "El viaje será un homenaje, pero no una repetición, porque aquello, con una bici de 15 kilos, las carreteras, los inconvenientes de la época que hacían de aquello una auténtica aventura, no se puede recrear". Pedaleará con ellos El Cojo, que volverá a París en forma de libro biográfico que entregarán en la redacción de L"Equipe, el heredero de L"Auto, donde solicitó Vicente Blanco el primer dorsal vasco de la historia del Tour.

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